Sabotaje
No sé dónde leí una vez
que cuando las cosas entre una pareja van bien, no pienses por qué van bien;
porque será en ese preciso momento cuando empezarán a ir mal. Al igual manera
que si de repente te sorprendes utilizando la psicología inversa con tu novio…
tía, ¡estás en el foso!. Las estrategias
no funcionan a largo plazo.
Si las cosas van… VAN. Y si son… SON.
El lío viene cuando
descubres que hace tanto tiempo que no eres plenamente feliz con alguien – o lo
que es aún peor, que nunca antes lo fuiste– que acostumbrada a relacionarte con
locos (véase mi don juan de barrio de meses atrás), te parecen raras las cosas que
deberían parecerte normales.
(Ahora me acuerdo de mi
amiga A.S. que dice que sólo pide un tío NORMAL… qué difícil es toparse con
hombres normales, con taras…¡sí! – toda persona tiene sus taras– pero TARAS
LLEVABLES – que suele decir mi amiga B.G. – o PULIBLES –que dice África–)
Ejemplos prácticos:
Has quedado con el
llamado por tu inconformista padre “médico de los cojones” –nada oye, que si
no caza, no me casa – pero 10 minutos
antes se presenta a buscarte ese íntimo amigo que hace que no le ves tanto
tiempo como llevas llamando novio al sr. doctor. Y el nuevo favorito en vez de
ponerse celoso, enfadarse o montar un espectáculo, lo comprende y dándote un
beso te dice:
“no te preocupes…
tenemos todo el tiempo del mundo para estar juntos, pásalo bien con tu amigo”
DANGER!!!!!
DANGER!!!! FUSIÓN EN EL NÚCLEO !!!!
Te quedas ojiplática y no sabes qué
hacer…pensando que es una trampa. Que mañana te dará boleto, o tu colega se
despertará con un coctel molotov en su portal.
Pero no, amigas, éste chico te quiere y lo comprende…
“Científicos
de la NASA confirman que existen hombres comprensivos”
No contenta con eso, tú
que eres rara, impredecible, y no sabes ser la novia correcta de zapato plano y
media sonrisa perpetua (¡qué pereza!); has quedado con él para conocer a sus
amigos y quieres ir cañón – esto es una cosa que no tiene sentido, pero es real
como la vida misma… cuando vas a conocer a los amigos de tu novio (con los que no vas a ligar) quieres que piensen que estás tribuena… quieres
gustarles. Y como estás nerviosa, te bebes todo lo que te encuentras (serías
capaz de tomarte el TGV, el chupito teen por excelencia:
tequila+ginebra+vodka), y te ríes más alto de la cuenta y a destiempo, te mueves torpemente al puro estilo Lina Morgan, para
terminar tirada en el suelo por culpa de esos tacones de coja que te has
colocado. Bueno por culpa de los zapatos y por las 250 copas que llevas en lo
alto. Y ese ejemplar en peligro de extinción en vez de mirarte con cara de león
herido a punto de atacar, te mira con ternura y lo acompaña de un:
“mírala, qué mona es… está como una cabra”.
¡No, tío! Lo que estoy
es borracha… ¿De verdad me quieres de novia?
Es entonces, cuando todo es perfecto que, las que no estamos
acostumbradas a que nos traten bien, solemos buscar cualquier pequeña razón para
convertir el cuento de hadas en nuestro ya típico melodrama.
Esto es demasiado perfecto, me
va a dejar.
Pues
si me va a dejar, mejor ir haciendo mi vida… habrá que ir teniendo preparado al
suplente.
¡Uy!
Si estoy buscando suplente es que no estoy lo suficientemente enamorada.
Pues
si no estoy enamorada… a tomar porcleta
la biciculo!
¿Para qué perder el tiempo?
...
Y sí, hombreras… así nos auto declaramos la guerra. Nos auto
saboteamos. Quemamos lo que podría haber sido nuestro refugio. Luego, a toro
pasado, cuando ya nos lo hemos cargado y el hombre NORMAL ha huido
(porque como es normal no quiere locas) nos auto convencemos que las cosas
pasan por una razón cósmica. Y yo creo que pasan porque lo forzamos nosotras
mismas.
Pero esta
vez no voy a ser Ally Mcbeal. Esta vez a mi tontuno particular, que me ronda debajo de mí balcón, lo voy a
cuidar, voy a apostar por él. Y a mi “yo” belicoso y neurótico lo voy a encerrar bajo llave mientras
yo me voy a dar un paseo por las nubes.
¡Arriba los corazones!
Olivia